febrero 7, 2025
¡Hola! Soy Nico Lozada y yo sé que no me preguntaste, pero soy UI Designer hace como 6 años.
Además, soy profe de UI y la mayoría de mis estudiantes vienen del mundo del Diseño Gráfico, así es que con frecuencia -durante los ejercicios para construir interfaces- observan cómo mis alumnos reciclan algunas viejas prácticas y actitudes de su carrera de diseño.
No los culpables: siempre que nos enfrentamos a un mundo nuevo, utilizamos conocimientos previos para que el choque no sea tan drástico. Y eso está muy bien, hay muchas ventajas de traer conocimientos del Diseño Gráfico al UI (en especial los fundamentos visuales como la jerarquía, el espaciado, o la teoría de color), pero hay otros 'conocimientos' que recomiendo a mis alumnos dejar atrás.
Uno de esos conocimientos tiene que ver con -quizás- la idea más valorada en el mundo de las industrias creativas. En ese contexto viene la frase central de este artículo, con toda la intención de entrar con la pierna bien en alto: Si quieres dedicarte al UI…
La experiencia me dice que este segundo perfil es el que más se luce cuando hacemos UI. Al final, cualquier interfaz es solamente un montón de información dispuesta de una u otra manera, así es que diseñar interfaces es organizar esa información, para que sea más usable, accesible, escaneable, y ciertos cumplan objetivos de negocio.
Con esto no quiero decir que no hay espacio para el perfil artista, pero sí que este debe ir de la mano de estos objetivos (usabilidad, accesibilidad, escaneabilidad, de negocio). Se los digo por experiencia: en ocasiones he querido innovar visualmente, dando formas nuevas a los botones, y ubicando elementos en sitios completamente novedosos. Al final, lo que obtuve fue una interfaz única… tan única que nadie la entendía, y por lo tanto, nadie podía utilizar.
febrero 7, 2025